Este proyecto de decoración e iluminación llevado a cabo en esta vivienda de obra nueva de 150 m², buscaba dotar de calidez y confort a la vivienda, que presentaba unos acabados muy básicos y donde no se había planteado ningún tipo de iluminación durante su fase de construcción. Para materializarlo, priorizamos los tonos neutros y una paleta cálida que potenciara la sensación de amplitud, a la vez que dotara a la vivienda de una atmósfera de calidez. Empleamos fibras naturales y textiles en acabados como lino y algodón, creando un ambiente acogedor y equilibrado. Los detalles en negro, presentes en marcos, muebles y accesorios, aportan toques de elegancia y modernida, que contrastan con la base, muy neutra y limpia.
Para ampliar visualmente los espacios y aprovechar al máximo la luz natural, diseñamos varios espejos a medida y los ubicamos estratégicamente en varias estancias. Las molduras en las paredes son otro elemento clave, utilizadas para enmarcar las diferentes zonas del salón y como cabecero en el dormitorio principal, aportando un toque clásico que complementa la modernidad del conjunto.
En cuanto a la iluminación, optamos por una combinación de luz decorativa y funcional. Se instalaron luces decorativas sobre puertas de armarios y en puntos concretos del salón para resaltar ciertos detalles y crear un ambiente relajado, de poca intensidad. Además, se optó por una iluminación técnica empotrada en el techo con mayor potencia, asegurando una iluminación eficiente para el día a día. Las lámparas decorativas, que contrastan con los empotrables, no solo cumplen una función práctica sino que también añaden carácter y estilo, destacando dentro del conjunto de la composición y creando un ambiente único y armonioso en cada rincón de la vivienda