En esta reforma integral de una vivienda de 160 m² construidos, el diseño se centró en optimizar la distribución para maximizar la entrada de luz natural y crear espacios más funcionales y abiertos. Con la nueva distribución planteada, conseguimos eliminar por completo los pasillos, logrando una conexión fluida entre las estancias y potenciando la sensación de amplitud. La cocina-comedor se concibió como un espacio abierto y semi integrado al salón, generando un espacio social fluido que genera un gran impacto visual desde el acceso principal, sin renunciar a la privacidad de la zona de estar. En la parte de descanso, conseguimos distribuir tres dormitorios en suite, cada uno con baño privado, para brindar mayor privacidad y comodidad, además de un aseo de cortesía ubicado en la zona de día de la vivienda.
La elección de materiales y acabados destaca en esta intervención, donde los tonos oscuros aportan un toque elegante y sofisticado sin perder la calidez. Los pavimentos de madera en espiga, con nudos marcados, aportan un carácter distintivo que se complementa con la madera de nogal tintada en panelados y muebles a medida, logrando un estilo contemporáneo que combina lujo y naturalidad. Las vigas originales fueron recuperadas, dejándose vistas, y convirtiéndose en un elemento estructural decorativo que añade autenticidad y personalidad a la vivienda.
Para reforzar la atmósfera elegante, se integró en el diseño un sistema de candilejas de iluminación indirecta que acentúa las líneas arquitectónicas y materiales, creando una iluminación suave y envolvente que realza el diseño de cada estancia y las distingue visualmente. Este equilibrio entre lo sofisticado y lo natural convierte a la vivienda en un espacio acogedor, elegante y funcional, algo muy diferente a lo que nos encontramos antes de comenzar a intervenir en ella.
